El cuento de hoy es sobre una pequeña flor que quería ser vista por todos los animales del bosque. Ella se llamaba Margarita y era muy bonita, pero a pesar de esto, nadie la notaba.
Un día, Margarita decidió pedir ayuda al sol, que siempre estaba arriba en el cielo. Le pidió que la iluminara con fuerza para que los animales pudieran verla.
El sol escuchó la petición de Margarita y la iluminó con todo su esplendor. Pero todavía ninguno de los animales la vio.
Margarita se puso triste y se preguntó qué más podía hacer para ser vista. Fue entonces cuando un pequeño caracol le sugirió que quizás debería moverse hacia donde estaban los animales.
Margarita siguió el consejo del caracol y comenzó a moverse, poco a poco, hacia donde solía haber más animales. Y para su sorpresa, finalmente fue vista por todos ellos.
Desde ese día, Margarita fue muy feliz porque sabía que había encontrado la solución para ser notada. La enseñanza de este cuento es que a veces tenemos que tomar medidas antes de que los demás nos noten.