Esta es la historia de una semilla muy mala. Esta semilla miente constantemente, incluso sobre tonterías. Siempre se cuela en los lugares donde no debería estar, molestando a los demás. Pero lo peor de todo es que nunca se lava las manos, ni siquiera cuando come.
Pero un día, esta semilla aprendió una lección importante cuando cayó en el suelo y no pudo crecer por no haberse preparado adecuadamente. Tuvo que reflexionar sobre su comportamiento y decidir cambiar para poder crecer y ser una planta saludable como las demás. Ahora, esta semilla sabe la importancia de decir siempre la verdad, respetar a los demás y mantenerse limpia siempre. Y así, se convirtió en una planta ejemplar.
Este cuento nos enseña que todos podemos cambiar para ser mejores personas y que siempre es importante ser respetuosos con los demás y tener buenos hábitos de higiene.