Abrí una caja y, para mi sorpresa, ¡vi una abeja! Pero eso no fue lo más sorprendente, la abeja me miró a mí directamente a los ojos. Comenzamos a tener una conversación interesante sobre su vida en la colmena y cómo hacía la miel. Descubrí que era una abeja muy inteligente y valiente. Escuchar su historia me hizo querer aprender más sobre las abejas. ¿Sabías que son muy importantes para el medio ambiente? Sin ellas, no tendríamos frutas ni verduras frescas en nuestro plato. La abeja fue mi primera amiga del mundo de los insectos y me dejó una enseñanza muy valiosa: nunca subestimes el poder de la naturaleza.