La gratitud es como una poción mágica que nos ayuda a ser felices sin importar lo que pase. Esta es la lección que aprendió Oscar el Oso Pardo. Al principio, Oscar era muy gruñón y siempre se quejaba de todo. Pero un día, su amigo el pájaro Azul lo invitó a dar un paseo por el bosque y mostrarle las cosas buenas que tenía su vida. En el camino, encontraron a un ciervo herido y Oscar decidió cuidarlo hasta que sanara. Al final, el ciervo agradecido les ofreció una hermosa flor y Oscar se dio cuenta de que hay muchas cosas que agradecer y que eso lo hacía muy feliz. Así, Oscar se convirtió en un oso alegre y agradecido que disfrutaba de todas las cosas que tenía en su vida.