Un día, un pequeño gatito se preguntaba por qué no tenía nombre. Veía a sus amigos con nombres lindos como «Pelusa» o «Mimi», pero él no tenía ninguno. Entonces, decidió salir en busca de alguien que le pusiera un nombre.
Por el camino, el gatito encontró a varios animales que le preguntaron quién era y él no sabía qué responder. Sin un nombre, él sentía que no tenía identidad. Finalmente, el gatito llegó a una casa, donde encontró a una niña que lo adoptó y le dio el nombre de «Peque».
A partir de ese momento, el gatito se sintió más feliz y seguro. Ya no era simplemente un gato cualquiera, era «Peque» y tenía una identidad propia. Aprendió que tener un nombre es muy importante, porque nos ayuda a ser reconocidos y nos da una parte única de nuestra identidad.
Este tierno cuento nos muestra cómo es importante tener un nombre y una identidad propia. Así como «Peque», todos necesitamos un nombre que nos defina y nos haga sentir parte de algo especial.