MARÍA MONTESSORI nació en un pueblo llamado Chiaravalle, en Italia, de donde sus padres se mudaron a Roma para que ella pudiera estudiar. María era una niña muy curiosa, siempre preguntándose sobre el mundo que la rodeaba.
Un día, mientras caminaba por el campo, María encontró un pequeño pájaro herido en el suelo. Ella lo tomó en sus manos y sintió tristeza por la pequeña criatura. Con mucho cuidado, María lo llevó a su casa y lo curó con todo el amor que podía dar.
El pájaro se recuperó gracias a los cuidados de María y, una vez que estuvo mejor, la niña lo liberó para que volara libre. Desde entonces, María aprendió que todos los seres vivos merecen respeto y cuidado.
Este cuento nos enseña la importancia de cuidar a los seres vivos que nos rodean y de ser solidarios con la naturaleza. María Montessori siempre nos recordaba lo importante que es cuidar nuestro planeta, y este pequeño pájaro nos muestra que cada acción que tomamos puede tener un impacto positivo en el mundo.